viernes, 17 de marzo de 2017

Riqueza petrolera

Luego de navegar 300 km el conductor detuvo el motor en Nuevo Rocafuerte, un pueblo de casi mil habitantes y punto fronterizo con Perú.
Una última hora de sol fue tiempo suficiente para dar una mirada a este pueblo tranquilo. Era algo así: una hilera de dos manzanas con dos docenas de casas de madera y techos de paja, que se extendían por un kilómetro, paralelas al Napo. En la entrada había un puesto de inmigraciones y la Armada Naval. En la calle principal -de adoquín- un comedor ofrecía sopa de gallina y un plato de arroz con carne y patacones (rodajas de plátanos fritos) por tres dólares.
En la cuadra siguiente había dos hospedajes sin agua caliente, una salita sanitaria, un almacén, un búnker político y niños sonrientes jugando en una cancha de fútbol de cemento recién construida. Eso era todo.
Sobre una pared colgaba un cartel que decía: "El petróleo mejora tu comunidad". Es que pronto habrá caminos, zonas de acceso y maquinaría. Es que la riqueza petrolera en el subsuelo del Yasuní está valorada en 18 mil millones de dólares y la presión por explotarlo en los últimos años ha sido tan fuerte como la defensa de la tierra. Pese a las críticas de la oposición y los ecologistas que temen que la actividad provoque daños irreparables en esa zona de alta biodiversidad, el gobierno ecuatoriano aprobó la explotación en el Yasuní, que comenzará en el 2016.
"¡Pero qué turistas valientes! ¿Qué hacen acá? Aunque no parezca soy arquitecta y estoy construyendo una escuela pero se hace muy difícil traer los materiales desde la ciudad", dijo una joven en bicicleta. Llevaba zapatillas de lona embarradas y jeans con agujeros en las rodillas.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario